Camila Canabal: «Mi propósito ha sido, es y seguirá siendo inspirar»
Escrito por Andrea Valladares el noviembre 30, 2022
Camila Canabal es sinónimo de powerwoman. De esas a las que no se les escapa nada y que nunca piden permiso para ver cumplido un sueño; sabe pedir perdón si se equivoca y se siente cómoda siendo aprendiz de la vida. Y no se da por vencida.
A sus 47 años de edad se conserva mejor muchas de 20. Sus expresivos ojos verdes hablan por sí solos, pero es su sonrisa efervescente la que obliga a recordar por qué fue una de las favoritas de la televisión venezolana por tantos años. Hoy más que nunca, y gracias a RCTV, ella misma se encargó de no ser olvidada. Con una marca personal que goza de gran popularidad y la libertad de tener su propio canal digital, la catalogada por Vanity Fair como la influencer más famosa de Miami, se confiesa. Con más lágrimas en los ojos de las que imaginó, la piel erizada y mucha emoción, habló de su reinvención.
«Aún recuerdo el día que me fui físicamente de Venezuela. Fue un 16 de julio de 2010. Ya van para trece los años de una decisión netamente mía y que iba en contra de los deseos de toda mi familia», sentenció. «Pero mi partida no fue definitiva. Siempre he regresado. La única vez que me distancié del país prolongadamente fue durante la pandemia, por nada ni nadie más», expresó. «Fueron dos años de alejamiento, pero nunca me separé del país. Tampoco pienso hacerlo».
Su historia, según describe, es la de una venezolana que se fue, pero que ha tratado de mantener, no por esfuerzo sino por arraigo, amor y necesidad, su conexión con el país que la vio crecer. «Todo esto es por respeto a lo que soy, a mi cultura e idiosincrasia; a todo lo que me representa como ser humano: mi venezolanidad».
Partió con la idea clara de que seguiría trabajando por un mejor porvenir. Por sus hijas, por su matrimonio. ¿Qué podía pasar mal? Con un background como el suyo y talento a cuestas, su futuro no era incierto sino obvio. Las cartas estaban echadas y Camila Canabal conquistaría las pantallas norteamericanas.
Vía: El Nacional (Lea allí el artículo completo)