¿Qué es el “Reloj del Juicio Final”?
Escrito por Andrea Valladares el enero 24, 2022
La herramienta simbólica es utilizada por el Boletín de Científicos Atómicos para trasladar a la sociedad las amenazas que se ciernen sobre el mundo y lo cerca que están de provocar el fin de la humanidad.
El “Doomsday Clock” o reloj del Juicio Final se creó en el año 1947, cuando el principal peligro al que se enfrentaba el mundo eran las armas nucleares, en concreto, que las dos grandes potencias de entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética, emprendiesen una carrera en el desarrollo de estas armas.
A partir del año 2007, el reloj empezó a considerar los peligros del cambio climático como uno de los grandes desafíos a la humanidad. Además, tiene en cuenta la irrupción de tecnologías disruptivas y la aparición de pandemias, como la de COVID-19.
El reloj se puso originalmente a 7 minutos del fin del mundo y desde entonces su posición ha ido variando. Los responsables de la decisión son el Consejo de Ciencia y Seguridad del Boletín junto con el Consejo de Patrocinadores que cuenta con 13 premios Nóbel.
El reloj se mantuvo el pasado jueves (20.01.2022) a 100 segundos de la campanada final, sin que se observara ninguna mejora desde este récord establecido en 2020.
El reloj del Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de Científicos Atómicos volvió a marcar así en 2021 las 23.58.20 horas, lo mismo que en su última edición anual, por lo que el planeta sigue a 100 segundos del ocaso.
“La decisión no sugiere que la situación de seguridad internacional se haya estabilizado. Por el contrario, el Reloj sigue siendo lo más cerca que ha estado nunca del apocalipsis que acabará con la civilización porque el mundo sigue atrapado en un momento extremadamente peligroso”, explicó la organización en un comunicado.
Los riesgos que plantean la proliferación nuclear, el cambio climático y la pandemia se han visto exacerbados este año por “un ecosistema de información disfuncional que socava la toma de decisiones racional”, señala la ONG que, desde la Guerra Fría, hace esta alegoría de nuestra exposición a peligros globales.
Con información de Diario AS y DW